Entrada 2


¡Bienvenidos a la segunda entrada del blog, dummies


Hoy hablaremos de un tema presente en el día a día del traductor: la organización de su entorno de trabajo.


Como todo estudiante de Traductorado Público, alguna vez he fantaseado con trabajar desde mi sillón, de pijama y con una taza de café en la mano. De hecho, además de las infinitas oportunidades laborales, la libertad y la flexibilidad de esta profesión cautivaron mi atención desde el primer momento. ¿Quién no sueña con trabajar desde una cafetería? Sin embargo, es importante saber que el entorno de trabajo del traductor no es siempre como uno se imagina, y que hay algunos aspectos que son esenciales para optimizar la productividad y cuidar de nuestra salud. ¡Comencemos!



Como ya sabemos, el traductor pasa años de su vida estudiando y especializándose. En la vida profesional, son estos conocimientos los que hacen que se destaque del resto de los traductores. Aún así, la realidad es que existen otros elementos que forman parte de su día a día y que tienen un gran impacto a la hora de realizar su trabajo. Dichos elementos pueden ser de carácter físico o de carácter psicológico, social o emocional. 


Comencemos dividiendo el entorno de trabajo del traductor en dos categorías: por un lado, el espacio físico y la organización, y por otro lado, las herramientas de traducción.




Existen muchos casos de profesionales autónomos que trabajan remotamente, pero sin dudas, el traductor es quien pasa más horas en un lugar cerrado frente a su ordenador. Por esta razón, el lugar en el que el traductor desempeña su trabajo es un aspecto clave para favorecer y optimizar su rendimiento laboral. El impacto de un espacio bien equipado y acondicionado no solo repercute en factores físicos, sino que tiene una influencia decisiva en el estado anímico del profesional y, por ende, en su predisposición y concentración al realizar las tareas.


El traductor, entonces, necesita mucho más que solo una computadora con acceso a internet. Poder trabajar en una cafetería, por ejemplo, hacen que el trabajo del traductor sea realmente llamativo, pero centrémonos en su verdadera área de trabajo: su casa. 


Aunque en algunos casos los traductores trabajan en las oficinas de las agencias que los contratan, la realidad es que su principal área de trabajo es su hogar. En algunos casos, el profesional cuenta con un cuarto independiente destinado a su trabajo. En otros, tiene que acondicionar una zona ya existente en su casa para integrar su escritorio de trabajo.


Ahora si, además de una zona de trabajo, cada traductor debe contar con un escritorio en el que colocar un ordenador con sus respectivos elementos periféricos, como el teclado o el mouse. Es importante adaptar a nuestra altura tanto la silla como la mesa, y se recomienda mantener la cabeza y el cuello en posición recta y los hombros relajados, por lo que un soporte para notebook es de gran utilidad. Me atrevo a preguntarles, ¿cuántas veces se han encontrado sentados por horas en una mala postura sin siquiera darse cuenta? Lo mismo les pasa a los traductores. Por esta razón, una silla ergonómica con complementos adicionales (como un reposapiés o una almohadilla para muñeca) evitan que un espacio mal acondicionado repercuta de manera negativa no solo en la postura sino también en el bienestar físico y el estado anímico del traductor (lo que provoca un mal rendimiento laboral). ¿Ven cómo se relaciona todo?





Además, es importante crear un espacio de trabajo libre de distracciones, sobre todo si vamos a trabajar en nuestro hogar. ¿A quién no le costó concentrarse en una clase virtual en plena pandemia? Evitar distracciones optimiza nuestro rendimiento, evita el riesgo de cometer errores y nos ahorra mucho tiempo.


En lo posible, una buena iluminación, higiene, temperatura y ventilación natural hacen que nuestro ambiente se torne más ameno y amigable, lo que nos motiva a la hora de realizar nuestro trabajo. Ordenar nuestro escritorio, habitación u oficina no solo hace que nuestra área de trabajo sea más limpia y prolija sino que también nos mantiene lejos de distracciones. Seamos realistas, nadie puede trabajar en pleno desorden y caos.


En cuanto a la planificación y la organización, en mi opinión son la clave para realizar cualquier tipo de actividad correctamente. Hablaremos de esto enseguida.


Más allá de estos aspectos que ayudan a mejorar el rendimiento laboral del traductor, es importante reconocer que diseñar un entorno dedicado únicamente a nuestro trabajo nos ayuda a separar nuestra vida profesional de la personal y a no agobiarnos al pasar horas en nuestras casas.


Ahora sí, hablemos un poco sobre la organización. 



La organización, como dije anteriormente, es fundamental. Todos―incluidos los traductores―deben organizar sus tareas con anticipación para mantener un orden, manejar bien los tiempos, priorizar las tareas importantes y no entrar en pánico a la hora de realizar un trabajo. Las checklists, las agendas, los recordatorios y los calendarios son nuestros mejores amigos en estos casos.


Asimismo, organizar nuestros documentos en carpetas hace que tengamos nuestros archivos bien agrupados dependiendo del proyecto (o materias, en el caso de los estudiantes) y nos ahorre tiempo a la hora de buscarlos. Las etiquetas aquí son esenciales. 


Se recomienda utilizar un software de gestión de documentos que nos brinde mayor organización y seguridad, ya que podemos almacenar todos nuestros archivos y tener acceso a ellos en cualquier momento y lugar. ¿Recuerdan lo que hablamos en la entrada anterior? ¡A ponerlo en práctica!


Por último me gustaría mencionar las herramientas de traducción. ¡No se preocupen si jamás las escucharon! Las desarrollaremos a lo largo de este blog. 



En resumen, las herramientas de traducción asistida por ordenador (TAO) son, tal cual su nombre indica, aplicaciones informáticas dedicadas específicamente a facilitar la labor de los traductores. Para un profesional, estas herramientas son indispensables, por lo que es importante conocerlas. ¡Pero paciencia! Poco a poco las iremos trabajando. 


Antes de concluir con el blog del día de hoy, me gustaría recalcar la importancia de replantearnos cómo podemos mejorar nuestra calidad de vida laboral, al menos con algunos detalles que optimizan el día a día en el trabajo. Quizá vemos la vida profesional como algo lejano, pero éramos nosotros (los estudiantes) quienes hace poco también tuvimos una época en la que nos tocó realizar nuestras tareas desde casa. Para quienes pudieron encontrar una forma de hacer de su casa un lugar de trabajo amigable, la pandemia no fue tan tediosa. Sin embargo, fueron muchos los casos de estudiantes (y profesionales, por supuesto) que se sintieron agobiados y desmotivados porque jamás pudieron dar con un espacio de trabajo que se amolde a sus necesidades.


¡Hasta aquí hemos llegado, dummies! El blog de hoy fue más bien reflexivo. Todos deberíamos priorizar nuestra salud e invertir en equipos que nos ayuden a trabajar mejor y no sufrir las consecuencias de un entorno de trabajo mal acondicionado. ¡Gracias por compartir este hermoso momento conmigo! Nos vemos la próxima. Saludos, Mar.


Bibliografía


Pedraza, S. (2022). “EL ESPACIO DE TRABAJO DEL TRADUCTOR”. Montero Language Services. https://montero-ls.com/el-espacio-de-trabajo-del-traductor/


Santacreu, T. H. (2021). “Ergonomía para traductores e intérpretes: cómo mejorar el lugar de trabajo”. Ontranslation. https://ontranslation.es/ergonomia-para-traductores/




















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